martes, 7 de febrero de 2012

IU-La Roda en Villarrobledo luchando contra la privatización de su hospital


IU La Roda acudió este 6 de febrero a Villarrobledo, donde dentro de todos los actos que se están organizando para detener la privatización de su hospital, IU organizó unas jornadas que contaron con Gaspar Llamazares, diputado por Izquierda Unida y médico de profesión.


No es ninguna novedad decir que el sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo en la actualidad. A pesar de los problemas que pueda presentar, como las listas de espera o la medicamentalización del mismo (debido básicamente a las presiones de las multinacionales farmacéuticas), nuestro envidiable sistema de salud atiende a todas las personas, sin condiciones, ofreciendo una atención de calidad, eficiente e integral.  Por el contrario, ¿cuáles son los objetivos primordiales de una empresa, en este caso, médica? Evidentemente, como cualquier empresa que se precie, la cuenta de resultados, el reparto de dividendos entre accionistas y la máxima rentabilidad. 

Con la coartada de la crisis económica, el Partido Popular en nuestro país (muy especialmente en nuestra Región, convertida en laboratorio experimental), en consonancia con los fuertes intereses económicos, ha comenzado una oleada de recortes y privatizaciones en materia de sanidad, que ya existían en la Comunidad de Madrid o en la Valenciana, deteriorando enormemente la calidad y quebrando la equidad del sistema nacional de salud y, en definitiva, la cohesión social.

Todos recordamos perfectamente como antes de las elecciones locales y autonómicas, también nacionales, del pasado 2011, los dirigentes del PP se escandalizaban cuando les preguntaban por la privatización de la sanidad, la educación o los servicios sociales, alegando que estas cuestiones eran intocables. ¿Intocables? Pues, ¿qué están haciendo sino, aparte de engañar al electorado? Pues lo que están haciendo, ni más ni menos, es asfixiar a la población en medio de una “no cualquiera” crisis económica a través del desmantelamiento de la sanidad, la educación y los servicios sociales, lo que llamaban “intocable” antes de las elecciones.

Es ahora, en estos momentos de penuria social, cuando la gente necesitamos de la ayuda y el apoyo de los poderes públicos, desinteresados, y no de bancos o grandes empresarios, que lo único que hacen es especular con las miserias humanas, sobre todo en situaciones de crisis como la actual. Por poner un ejemplo, ¿de quiénes se acordaban si no los vecinos afectados por el terremoto de Lorca para ser atendidos? ¿De banqueros, grandes directivos y corredores de bolsa, o de los bomberos, personal sanitario y profesionales públicos?

¿Por qué se empeñan en acabar con un sistema sanitario que goza de una buena “salud”?  Nuestra sanidad pública es altamente sostenible, aunque algunos aprovechan la crisis para recortar el gasto sanitario estatal y hacer hueco al privado, más costoso. Es preciso recordar que la crisis actual que vivimos no es consecuencia del déficit público, cuyas cifras son irrisorias con respecto al déficit privado. La crisis actual no es consecuencia sino de la crisis financiera provocada por los mismos especuladores que ahora intentan seguir obteniendo réditos, acabando con lo poco que nos queda del Estado de Bienestar.

Según datos de la OCDE de 2011, referidos a 2009, el gasto sanitario de España con respecto a su PIB es del 6,98%, uno de los más bajos de Europa, y sobre todo, muy por debajo de la media en EE.UU. cuyo gasto sanitario es de un 17,4% respecto al PIB. Tampoco es ninguna novedad si decimos que la cobertura del sistema sanitario en la mayor potencia del mundo, gestionado a través de compañías aseguradoras, sólo atiende al 20-30 % de la población. Por supuesto que no es universal, y por supuesto que no es eficiente. Mantener este sistema, enormemente deficitario, injusto, elitista, ineficaz… es una ruina para el país y para la inmensa mayoría de la población estadounidense, no para la minoría rica que se beneficia de él. O tienes dinero para pagar, o simple y llanamente te arruinas, o te mueres directamente.

Pues efectivamente, aquí está nuestro futuro, gracias a las políticas que ya ha empezado a aplicar el PP con toda celeridad, y en contra de sus promesas electorales. Modelos como el estadounidense, o más concretamente, el modelo Alzira (que se pretende aplicar en el Hospital de Toledo), o el modelo PCI, el más atractivo para los políticos del PP en nuestra región. La degradación en la calidad del servicio o en la preparación de los profesionales es escalofriante. Como ahora los objetivos son la rentabilidad y el beneficio empresarial, a costa paradójicamente del aumento del déficit público, citaremos algunos de los cambios que se han introducido y algunos que lo harán próximamente.

El co-pago o mejor dicho re-pago sanitario, que afectará a toda la población, incluidos pensionistas. Se pagarán tasas por atención primaria y de urgencias. Se estandarizará además el seguro sanitario, mientras se tengan recursos, claro está. Los profesionales trabajarán más y cobrarán menos. Además, serán obligados a respetar un límite a la hora de solicitar análisis, pruebas radiológicas, etc. Rebasar este límite correrá a cargo del bolsillo del enfermo. Casos perdidos serán los enfermos de cáncer o los que deban ser sometidos a cirugías complejas, como la cardio-vascular, siempre y cuando la renta sea insuficiente, que es en la mayoría de los casos. También podríamos hablar de la cobertura a extranjeros o parados de larga duración, que se está imponiendo en muchas comunidades autónomas. Un parado de larga duración, sin trabajo, sin recursos, sin sanidad… Inconcebible.

Por otra parte, estas empresas multinacionales, que con la satisfacción del PP, invierten en lo público, no se arriesgan a “meter la zarpa” en grandes complejos hospitalarios. Los informes de valoración de riesgos lo desaconsejan. Se atreven con los servicios más básicos y sencillos, como neo-natos. Es más rentable y seguro. Si la empresa quiebra o no funciona, todavía quedará algún hospital público al que derivar, por fortuna, esperemos que así sea.

No obstante todos estos problemas, para apaciguar los ánimos en Castilla-La Mancha, Mª Dolores de Cospedal ha presentado un llamado Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos. Tras este eufemismo quieren ocultar la realidad de la que estamos hablando: que el sistema de servicios sociales, en   tiempo de crisis, deja de ser universal, para todos, y se convierte en privilegio de unos pocos. Más paradójico imposible. Esto es el mundo al revés. Ahora más que nunca, es el momento de que la sociedad, por encima de las diferencias ideológicas, se una y luche por defender sus derechos, su bienestar, su futuro.

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