martes, 3 de mayo de 2011

IU-La Roda y el voluntariado de Cáritas con los más necesitados.

Nuestro paso por Cáritas Interparroquial de La Roda también ha supuesto un intercambio de opiniones y experiencias muy positivo.  No hay manera de valorar la labor que están realizando estas personas, que con una voluntad indomable ayudan a los más desfavorecidos casi de manera desinteresada. 

 Independientemente de las ideas que nos separen, como por ejemplo en materia religiosa, debemos destacar todo aquello que nos une. Para nosotros, la relación entre semejantes, entre personas, siempre estará por encima de las diferencias ideológicas. Además, nuestras líneas de actuación coinciden en muchos aspectos.

El objetivo final de sus programas de intervención social es el apoyo y la ayuda a los más necesitados. Como ellos dicen, o como nosotros mismos podríamos decir: “trabajamos por la justicia”. Aunque su radio de acción es muy amplio, podemos destacar algunos de sus principales programas de intervención: atención a familias, mediación intercultural, atención a transeúntes y personas sin hogar, atención a la infancia, cooperación internacional, y un sinfín de actividades más.

Una de las grandes conclusiones a la que hemos llegado tras las reuniones mantenidas con diferentes asociaciones, incluida Cáritas, es que sin voluntarios, sería imposible dar respuesta a toda esta serie de necesidades. Desde IU  queremos volver a elogiar la enorme voluntad, dedicación y responsabilidad tanto de los coordinadores como muy especialmente de los voluntarios.

Pero también queremos aclarar que deberían ser los ayuntamientos los principales gestores de los servicios prestados a la ciudadanía. Es evidente que a la administración le sale más que rentable el traspaso de la gestión de servicios básicos, unas veces a empresas privadas, otras, a colectivos asociados, o a Cáritas, en este caso. Pero la realidad es que el pueblo no necesita limosnas, sino un servicio de calidad, eficiente, eficaz y no discriminatorio, que atienda las necesidades básicas de la población de manera imparcial. Nadie elige tener que pasar hambre. Nadie elige no tener trabajo. Nadie elige no poder mantener a sus familias.  Aunque es de agradecer, repetimos que el pueblo no necesita ni de la caridad, ni de la piedad, ni de la lástima, ni de la compasión, sino justicia social y una buena gestión pública de las necesidades más primarias del ser humano.

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