lunes, 14 de marzo de 2011

MEMORIA HISTÓRICA EN LA RODA

Desde Izquierda Unida de La Roda queremos, o al menos vamos a intentarlo, que la justicia moral se imponga, de una vez.

Son ya muchos, muchos no, muchísimos años, desde que Franco venciera en su cruzada contra los españoles, sí, han oído bien, contra los españoles. Aquellos que se manifestaron democráticamente, con la victoria del Frente Popular, en febrero de 1936, y que éste personaje tiró al traste a base de violencia, que no se quedó en esos tres años de duras batallas, sino que comenzó una vez que accedió al poder una vez finalizada la guerra civil.

Es hora de recapacitar, ¿por qué en países como Alemania o Chile, entre otros, que han sufrido a grandes asesinos, sí que se puede tratar el tema de la dictadura? ¿Por qué en España (y más en concreto, en nuestro pueblo) éste es un tema tabú?

¿Qué méritos hizo Paquito para ser condecorado con una medalla de oro? O lo que es más grave, ¿por qué la sigue conservando, a día de hoy, 11 de marzo de 2011? Lo peor de todo ello es que los que se hacen llamar demócratas, los que nos representan, aquellos que el día de las elecciones se hacen pasar por los salvadores del pueblo, esos que te muestran su falsa sonrisa, nos siguen obligando a ver símbolos franquistas, enalteciendo la figura de un héroe de pacotilla.

Entre mártires y falangistas anda el juego, un juego en el que los juicios sumarios, las injustas condenas, los asesinatos de gente honrada y humilde han marcado la historia de un pueblo. Un pueblo que veía con estupor como se vanagloriaba a los “buenos”, a los amigos del caudillo, y se les otorgaban medallas en actos multitudinarios, en agradecimiento por su labor contra los “rojos”.

Por eso y por mucho más, ya está bien de quedarnos de brazos cruzados contra un ayuntamiento que está haciendo oídos sordos a la ley, manteniendo viva la llama de la crueldad, una crueldad que sufrieron muchos de nuestros vecinos a partir de 1939. Que quede claro, la ley o pacto de silencio tras la firma de la constitución de 1978, ni sirvió, ni sirve, ni servirá para callar las voces discordantes de aquellos que afortunadamente estamos vivos, en nombre de los que un buen día la perdieron.

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